sábado, 20 de febrero de 2010

Ben...Un niño maravilloso

Ben nació el 20 de septiembre de 1989. Al poco tiempo de nacido, se nos informó de su ceguera y sordera. Para cuando tenía tres años, supimos que nunca caminaría. Desde que Ben tenía dos días de nacido, nuestra familia ha transitado por caminos que nunca imaginamos. Cientos y cientos de kilómetros rumbo a los mejores médicos y los mejores hospitales. Cientos de inyecciones y rayos X, tomografías y resonancias magnéticas.

Después de eso llegaron los lentes de contacto, aparatos de ortodoncia, aparatos auditiviso, sillas de ruedas, andaderas y otras formas de transporte, junto con todos los terapeutas que nos mostrarían cómo usar todas esas cosas. Las operaciones nunca terminaron.

La vida actual de Ben consiste en su maestro habitual, un maestro para incapacitados de la vista, otro para incapacitados del oido, un especialista en adaptación, un terapeuta ocupacional, un terapeuta físico, un patólogo del habla y el lenguaje, un pediatra, un neurólogo, médicos ortopédicos, un oftalmólogo pediátrico, un otorrinolaringólogo, un otólogo, un dentista, un cirujano de la boca y un otrodoncista, y sólo tiene ocho años de edad.

No obstante, mi hombrecito despierta cada mañana con la más grande las las sonrisas en su rostro, como diciendo: ¡Hey, todos, aquí estoy para un nuve día y esto feliz!.

Nuestra hija nació tres años antes que Ben. Recuerdo a su papá y a mí mirándola horas enteras cuando empezó a caminar, esperando a que saliera su siguiente sonido o palabra. Cada vez que aparecía uno, lo marcábamos como un momento histórico, un tema de orgullosa conversación con quienquiera que tuviera la paciencia de escuchar. Era una niña en verdad brillante y sobresaliente. Y sigue siéndolo.

Después de que Ben nació, nuestro amor hacia el cambióp nuestros puntos de vista respecto a lo que es verdaderamente importante sobre nuestros hijos. Ya no era importante cuántas palabras decía a qué edad, o qué desarrollo fenomenal se presentó antes de lo que se predecía en los libros sobre bebés. Nuestros hijos se transformaron en individuos, cada uno con maravillosas cualidades que no es necesario comparar. Sus vidas no serían medidas por falta de habilidad o habilidad excepcional, sino por la firmeza para perseverar.

Para cuando Ben llegó a los cuatro años, era experto en maniobrar su silla de ruedas, peno nunca había dicho una palabra, sólo sonidos de vocales abiertas. Así que nuestra familia empezó a poner una grabadora en la mesa durante la cena para grabar los sonidos que Ben emitía, porque era obvio que quería participar en la conversación. Pensamos que si escuchaba su voz grabada y la nuestra, tal vez estimularía algo en él.

Un día de septiembre de 1993, la cinta corría mientras yo daba a comer a Ben y emitía algunos sonidos, tratando de estimular su interés. De pronto, el tiempo se detuvo. Nunca olvidarñe la mirada en los ojos de Ben, la concentración en su rostro, la disposición de su boca, cómo me veía desde su silla de ruedas cuando dijo sus primeras tre palabras: "Yo te amo". Me volteé hacia mi esposo, quien con lagrimas en los ojos me miró y exclamó:¡Terry, lo escuché!.

Ben me dijo esas palabras, y las tengo grabadas en cinta para poderlas reproducir cada vez que lo necesite. Estoy agradecida, también, porque no ha vuelto a decir otra palabra desde entonces. Pero ¿Sábe?, no toco la cinta con frecuencia; no lo necesito. Siempre reconoceré la mirada en sus ojos, aunque estén ciegos, cuando busca mi cara para darme un beso. Eso es todo lo que necesito.

Historia de Terry Boisot, tomada de "Sopa de Pollo para el Alma, Inquebrantable".

Esta historia de la vida real, nos llena de alma y nos hace ver muchas cosas. Nos da la fuerza necesaria para afrontar cualquier situación, sobre todo cuando el mapa de nuestros problemas no son nada comparados con la situación de Ben. Ben también no enseña que...


"Deficiente" es aquel que no consigue moficiar su vida, aceptando las imposiciones de otras personas de la sociedad en que vive, sin tener conciencia de que él es dueno de su destino.
"Loco" es quien no procura ser feliz con lo que posee.
"Sordo" es aquel que no tiene tiempo de oír un desahogo de un amigo, o un llamado de un hermano. Pues está siempre apresado en el trabajo y no quiere gastar su tiempo y dinero en cosas "vanas".
"Mudo" es aquel que no consigue decir lo que siente y se esconde detrás de la máscara de la hipocresía.
"Paralítico" es quien no consigue caminar en dirección de aquellos que necesitan ayuda.
"Diabético" es aquel que no consigue ser dulce.


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